Superación Personal
Autodisciplina: 10 Pasos para Desarrollarla
La autodisciplina se refiere
a la capacidad que tiene una persona de poner en marcha las acciones que cree que
debe realizar para conseguir unos objetivos específicos. Autocontrol,
fuerza de voluntad, determinación, diligencia, resolución… Todos estos términos
hacen referencia al mismo significado.
Hacer las tareas que nos manda nuestro jefe en el
trabajo no es autodisciplina, ya que quien nos está convenciendo de realizar
esa tarea no somos nosotros mismos, es otra persona.
Sin embargo, cuando el encargado de convencernos de
realizar alguna acción somos nosotros mismos, sí que necesitaremos la
autodisciplina para hacerlo.
Durante la infancia y la adolescencia la
autodisciplina juega un papel poco importante en nuestras vidas, ya que solemos
tener «un jefe» que es el encargado de obligarnos a hacer las actividades.
Vamos al colegio porque así nos lo asignan los
profesores, hacemos los deberes cuando nuestros padres nos lo dicen y recogemos
nuestra habitación cuando nos regañan por tenerla desordenada.
Sin embargo, a finales de la adolescencia y a
inicios de la edad adulta, empezamos a necesitar la autodisciplina para
realizar un gran número de actividades.
10 pasos para ser
autodisciplinado
1-Entiende qué es la
autodisciplina
El primer paso para que debes realizar para poder
construir autodisciplina es entender qué es. Es que mucha gente piensa se trata
de un rasgo de personalidad, una cualidad que se adquiere genéticamente, y que
hay gente que lo tiene y gente que no lo tendrá nunca.
Si tu pensamiento va enfocado hacía esa dirección,
lo primero que tienes que hacer es entender que esto no es así.
La autodisciplina no es algo que surge de la nada,
no es una virtud que hay gente que lleva en la sangre y que tú,
desgraciadamente, no la tienes. Es algo que se crea y que se construye uno
mismo.
Evidentemente, habrá gente que le costará menos
tener autodisciplina y gente que le costará más, pero todos tenemos la
capacidad de tenerla, y todos debemos trabajar para desarrollarla.
Por muy poco autodisciplinado que seas, no tienes
nada en tu cerebro, ni en tu cuerpo, ni en tu personalidad, que te impida
empezar a construir tu fuerza de voluntad hoy mismo.
Y es que la autodisciplina es como un músculo. Si
lo entrenas, e inviertes tiempo y esfuerzo en trabajarlo, crecerá. Si no lo
haces, nunca aparecerá en ti.
Así pues, deshazte de cualquier pensamiento que
tengas acerca de tu incapacidad de tenerla porque simplemente no es cierta,
puedes tenerla si pones ganas, interés y esfuerzo en construirla.
2-Convéncete
Una vez que tengas claro que tienes la capacidad
necesaria para construir autodisciplina, lo siguiente que tienes que hacer es
convencerte de que quieres empezar a tener más.
Si no la tienes pero realmente no encuentras
ninguna necesidad en empezar a tenerla, no hace falta que continúes leyendo
este artículo, ya que no serás capaz de aumentarla.
Y es que la motivación es probablemente el
principal promotor de la autodisciplina, por lo que si no tienes ningún motivo
para aumentar tu fuerza de voluntad, esta simplemente no incrementará.
Haz una lista de las veces que has pensado en que
querrías tener mayor autodisciplina y cuáles eran los motivos. Anota
cuáles son los inconvenientes de no tener autodisciplina y qué ventajas te
supondría desarrollarla.
Haz una lista de cuáles son tus propósitos y por
qué quieres conseguirlos. Los motivos por los que quieras construirla serán tu
gasolina a lo largo de todo el camino.
Por ejemplo: quiero construir autodisciplina para
poder terminar mis estudios universitarios este año o para arrancar mi propio
negocio dentro de 6 meses.
3-Analiza tu tiempo
Los seres humanos tenemos la costumbre de vivir con
el piloto automático puesto, y a veces podemos no tener autodisciplina pero no
darnos cuenta por qué nos cuesta tanto tener fuerza de voluntad.
Analiza qué haces durante un día y durante una
semana entera. Haz una lista de todas las actividades que realizas y
posteriormente analiza cuáles de ellas son productivas y cuáles no.
¿Cuántas horas al día o la semana inviertes en ver
la tele? ¿Cuántas horas destinas a pasatiempos, entretenimiento o simplemente
no destinas a nada?
Es muy importante que analices detalladamente tus
horarios y detectes cuáles son esas franjas horarias en las que se hace patente
tu falta de autodisciplina.
Si trabajas, las franjas horarias en las que te
encuentres desarrollando una actividad laboral no las podrás utilizar para
incrementar tu fuerza de voluntad, pero las horas que inviertas en ver la
televisión o los ratos libres que tengas, sí.
Detecta bien cuáles son las horas en las que
realizas actividades improductivas ya que utilizaremos ese tiempo para trabajar
la autodisciplina.
4-Plantéate objetivos
La disciplina no funciona sin objetivos, del mismo
modo que los coches no arrancan sin motor. Antes de empezar a construirla,
debemos marcarnos qué objetivos queremos conseguir al hacerlo.
Utiliza el ejercicio anterior y visualiza qué horas
del día son mejores para empezar a construir autoestima.
Por ejemplo: lunes, martes y viernes tengo 4 horas
por la tarde que nunca destino a ninguna actividad productiva, utilizaré al
menos una hora cada uno de esos días para empezar a construir
autodisciplina.
Una vez tengas hecho esto, tu autodisciplina ya no
será un concepto vago, tendrás un día que deberás empezar a ponerte a prueba.
5-Especifíca más tus
objetivos
Una vez tengas marcado unos días para empezar a
ponerte a prueba, debes especificar más tus objetivos. Se trata que
tomes tu agenda, marques esos días y esas franjas horarias que has
seleccionado anteriormente, y en cada una escribas la actividad
que realizarás.
Detalla lo máximo que puedas esa actividad, de modo
que cuando se acerque la hora clave sepas qué es lo que vas a realizar.
Anotar «estudiaré» sería un concepto demasiado vago
para tu autodisciplina. En cambio, anotar «estudiaré el tema 1 y 2 de la
asignatura x» te ayudará a que te mentalices más de lo que harás.
Cuanto más específico sea mejor, ya que tu
mentalización sobre lo que harás será mayor y las probabilidades de que lo
hagas serán más altas.
Es conveniente que empieces con objetivos y
actividades específicas y no muy duraderas. De esta forma, te será más
fácil conseguir el objetivo y te asegurarás que tu autodisciplina ha empezado a
construirse.
6-Reconoce tus
barreras
A medida que vayas consiguiendo tus «mini
objetivos» es importante que identifiques tus barreras y tus distracciones.
¿Cómo se hace esto? Pues muy fácil, haz un
análisis sobre los estímulos que normalmente hacen fracasar tu autodisciplina.
¿Qué es lo que hace que cuando quiera hacer una
cosa no me ponga en marcha? Pueden
ser multitud de cosas, pero cuando pares a pensarlo seguro que identificas
cuáles son:
Estar viendo la televisión, quedar con un amigo,
estar en casa de mi pareja, bajar a tomar un café…
Ten muy en cuenta todas las barreras que detectes,
ya que cuando se acerque la hora marcada en tu agenda tendrás que evitar estas
distracciones.
7-Ve incrementando
poco a poco
Hemos empezado con actividades y objetivos muy
sencillos, de modo que te sea muy fácil conseguirlos y consigas superar tus
barreras más fácilmente. A medida que vayas cumpliendo todas las
actividades marcadas en tu agenda, tendrás que ir incrementándolas poco a poco.
Debes hacerlo de forma lenta y plenamente adaptada
a tus capacidades. Si en algún momento ves que no puedes incrementar, estate
tranquilo, y continúa con los objetivos que tenías en ese momento.
La autodisciplina es algo que se construye
lentamente, no lo adquirirás de un día para otro. Lo debes trabajar poco a
poco, pero asegurándote de que cumples los objetivos que tienes en cada
momento.
8-Recuerda tu
compromiso
A medida que vayas incrementando tus objetivos y
las horas semanales destinadas a la construcción de tu fuerza de voluntad,
deberás estar atento a posibles distracciones.
«Son ya las 18:45h, en mi agenda ponía que debía
empezar a hacerlo a las 18:00h, me he olvidado y ya lo hora que es mejor no lo
hago y lo dejo para mañana…»
Si esto sucede está apareciendo el pensamiento
enemigo de la autodisciplina, y al mismo tiempo estarás dejando de cumplir uno
de tus objetivos, hecho que podría reducir tu motivación y echarlo todo a perder.
Para evitar esto te recomiendo que te pongas una
alarma en el móvil cada vez que te toque cumplir con algún objetivo.
Además, es útil que acompañes esta alarma con algún
mensaje reforzador como: «estoy mejorando cada día» «voy a seguir trabajando en
mi autodisciplina» «estoy en el camino correcto para conseguir mis
objetivos».
9-Date recompensas
Te será mucho más fácil cumplir con tus objetivos
si te pones recompensas. Del mismo modo, si te acostumbras a realizar esas
actividades que te gustan como recompensa de tu esfuerzo, las disfrutarás mucho
más.
No hay nada mejor que ir al cine un viernes por la
tarde siendo consciente que ya has acabado la semana de trabajo, o ir a tomar
algo con los amigos el día que has cumplido todos tus objetivos.
Márcate una recompensa por cada semana que hayas
cumplido todos tus objetivos. Verás que bien te sienta y cómo te motivas más
para no fallar nunca a tu cita con la autodisciplina.
10-Sé benévolo pero
consistente
Sé benévolo pero consistente contigo mismo.
Cumple con tus objetivos, no dejes tareas a
medias, centra tu atención, haz bien las cosas, no te relajes, no te
recompenses si no te lo has ganado, pero…
No tienes que ir de cero a cien en un momento, date
tu tiempo, ves a tu ritmo, y si algún día no consigues un objetivo no te
castigues y asegúrate de no fallar con el próximo.
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